Bueno, parece que todo el mundo sabe congelar: y sin embargo pocos lo hacen, y prefieren comprar en el súper la cebolla congelada y troceada, el arroz hervido congelado etc.
El apio es un caso típico. Siempre te venden más de lo que necesitas. Usas un poco y luego se te pudre. A mí también me pasaba.
Pero ahora he tomado la determinación: cortar en daditos las cebollas que sobran, lo mismo con el apio, y directo al congelador. Y si sobra el arroz hervido, también. Basta ya de comprarlo todo hecho y pagar agua por cebolla. Sin contar que es más divertido cortar uno mismo sus cebollas y llorar como una Madalena…