A lo mejor os ha sobrado algo de la preparación del pollo asado del otro día: podemos aprovechar las sobras.
Es importante limpiar bien la cáscara del pollo cuando aún está tibio: así la carne se desprenderá con facilidad de los huesos y la podremos reservar en un tupper durante mucho tiempo.
A la hora de preparar el pastel extendemos la masa rectangular; calentamos un poco el pollo al micro para que la gelatina acumulada se derrita, y la eliminamos para que no empape la masa de hojaldre. Ponemos el pollo en la superficie de mitad hojaldre, añadimos pimientos asados (pueden ser también los que sobraron) y cerramos con la otra mitad del hojaldre.
Hacemos unos agujeritos con el tenedor y horneamos hasta que el hojaldre esté a punto.