Es una forma muy gustosa de comer pescado, y siempre en estos casos recomendó usar merluza fresca: su sabor no tiene punto de comparación, se compra una merluza entera y se pide la pescadero que le saque los dos lomos: quedarán muy pocas espinas y se podrán eliminar sin dificultad. Y la merluza que no se quiera cocinar se puede congelar, mejor si troceada.
En una sartén pondremos entonces a pochar una cebolla cortada fina y con un poco de sal (para que suelte jugo más rápidamente). Entonces vamos con los lomos, uno por persona, y ponemos también las alcaparras y las olivas (normalmente Kalamata, pero también las Arbequinas funcionan bien). Hay que deshuesar las olivas al momento de ponerlas y es muy fácil: ponerlas en la tabla y apretarlas con el pulgar, de una en una, es rápido y las aceitunas con hueso son mucho más gustosas.
Hierbas secas, como orégano o tomillo, acompañan de forma espectacular pero se pueden sustituir por albahaca fresca. Y ahora, y solo ahora, se pone tomate. Si puede ser fresco, mejor, pero también el tomate de lata troceado o el tomate pelado (en este caso desmenuzado con las manos) sirven para el caso.
Este plato se puede servir acompañado de arroz blanco hervido, de couscous, de patata hervida…